Mándame o meu irmán un enlace a un blog interesante e atopo esta información que vos paso para a reflexión.
Los libros de texto de código abierto no son otra cosa que libros colaborativos escritos y mejorados por muchas manos. Al contrario que los libros de texto tradicionales, encargados a uno o varios autores, inmodificables por definición, inmutables hasta la siguiente reedición, caros por cuanto su confección, corrección, edición, producción y distribución requerían de verdaderos ejércitos de profesionales, los libros de texto de código abierto son obras en evolución constante, modificables y editables a voluntad, baratos por cuanto no comportan producción industrial alguna, sencillamente distribuibles mediante descarga electrónica.
Los flexbooks, que así se llaman esta clase de obras educativas generadas cooperativamente, amenazan con hacer desaparecer, definitivamente, al libro de texto tradicional, acantonado, quizás, en sus últimos y aparentes éxitos comerciales.Desde el mes de mayo de 2009, el Estado de California en los Estados Unidos adoptó los libros de texto open source como fuente de abastecimiento de sus escuelas estatales. Varios factores concurrieron para que se tomara esa decisión: la bancarrota innegable del Estado regido por el musculoso prócer Schwarzenegger, y la sospecha fundada de que los libros de texto tradicionales eran caros, justificadamente caros si se quiere, y lentos, muy lentos en su capacidad de introducir y fijar los nuevos conocimientos, como no podría ser de otra manera en la tecnología del papel.
Es cierto que ambas afirmaciones son discutibles si las valoramos según los parámetros de la industria tradicional: el coste de un libro de texto, en el que intervienen decenas de personas, entre autores, correctores, editores, maquetadores, diseñadores, impresores, distribuidores y comerciales, no puede ser barato; la tecnología del papel, en este caso, no permite una renovación diligente de los cambios acaecidos en las disciplinas, aunque muchos dirían que tampoco los libros de texto tienen la obligación de ofrecer a los alumnos de primaria o secundaria la más rabiosa actualidad, siempre sujeta, a su vez, a discusión, por son más compendios y síntesis razonadas que medios de difusión de las novedades. Los buenos libros de texto tradicionales, además, ofrecían una clara secuencia pedagógica vinculada con unos objetivos inteligibles, gracias a la intervención de pedagogos y directores editoriales.Pero lo que sí resulta cierto es que las contribuciones de los profesores al contenido de lo que impartían siempre era limitada, tan restringida que la mayoría se acaba conformando con transmitir, estrictamente, lo que el libro ofrecía ordenadamente.
Via Weblog madri+d
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